12 de marzo de 2009

Escrito en los libros: Street Art in the Artists' Own Words.

¿En las palabras de los propios artistas? No lo dudo. ¿Street Art? Mmm...

No comprar un libro por su título. Ese ha sido mi principal aprendizaje tras haber comprado y leído Street Art in the Artists' Own Words, de Ric Blackshaw y Liz Farrelly. ¿El segundo aprendizaje? Si Amazon te ofrece por un precio reducido otro libro más y ese libro es Untitled, no lo dudes, acepta la oferta.

Street Art in the Artists' Own Words dice mostrar "el trabajo de algunos de los artistas más influyentes del género, incluyendo a D*Face, Blek Le Rat, Miss Van o Lady Pink". Lo que no anuncia la contraportada es que, uno, del resto de los "más de sesenta artistas", la gran mayoría trabajan más en ilustración y diseño que en arte propiamente urbano y que, dos, la orientación del libro se inclina sorprendentemente hacia la faceta más comercial, más de galería, publicidad moda, joyería y negocio en general que a la propia actividad de calle, como cuando al hablar de Daisuke Sakaguchi, los autores dicen "las creaciones de joyería graffiti de Daisuke Sakaguchi son muy apreciadas por clientes como los Beckham o Kelis". ¿Los Beckham?

A lo largo de las 175 páginas del libro, abundan las referencias elogiosas a las celebrities, marcas y empresas para las que han trabajado determinados artistas, algo que parece ser, para Blackshaw y Farrelly, la verdadera medida del éxito y del prestigio dentro del arte urbano. Así, entre lo más relevante de Buff Monster, por poner otro ejemplo, está haber trabajado para Nike, Hurley, Vans o Hustler.

Más allá, Blackshaw y Farrelly dedican cerca de 30 páginas a la moda y los negocios en los que han participado determinados artistas, en general con poco contacto con la calle, frente a una única página, por poner un ejemplo meridiano, dedicada al "arte urbano y la ley", sección que encabezan diciendo:

"En algunos lugares, hacer marcas en la pared, en las calles, es ilegal, incluso si tienes el permiso del dueño del muro. Tenlo en cuenta y aprende de las experiencias de los artistas de este libro, algunos de los cuales han sido arrestados".
¿Qué clase de "celebración del arte urbano" -que dirían en Wooster Collective- es esta?

Aun así, en 175 páginas hay hueco para cosas interesantes: aunque uno se canse de ver a Danny Sangra por todas partes, las secciones dedicadas a Roadsworth, Alexandre Órion o Michael De Feo merecen la pena.

De este último es el fragmento con el que cerramos:
"Cuando encuentras algo en la calle que no estaba allí antes y te das cuenta de que es una obra de arte única y reconoces que lo que estás viendo no va a durar, se crea una experiéncia mágica."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues me dejas intrigado con lo de untitled...

Escrito en la pared dijo...

En breve haré reseña, pero créeme que merece mucho la pena...

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