27 de febrero de 2013

Sam3 (y Escif). Valencia, diciembre de 2012

Casi un mes había pasado desde el último post valenciano, el dedicado a Cere (antes los hubo para los grandes murales, Escif y Hyuro), y las imágenes de aquel pequeño viaje se habían quedado ahí al fondo. Podría haberlas dejado ahí, pero me parecía un poco triste no compartir dos intervenciones casi contiguas de Sam3 (una de ellas junto a Escif) que fotografié en un par de frenéticas escapadas (una nocturna por aquello de las fotos de seguridad y otra improvisada muy de mañana antes de volver a casa). Como siempre, poco más que no digan las imágenes.



Junto a Escif.


Por cierto, parece que dentro de no mucho volveremos a poner pies en esas calles... Can't wait.

24 de febrero de 2013

Boris Hoppek y Nuria Mora | Lavapiés

Si la memoria no me falla (que todo podría ser) nunca había visto nada de Boris Hoppek en las calles de Madrid. Me atrevería a decir que sí en Barcelona, pero tampoco lo tengo claro. Sí recuerdo haberlo visto pintar en el IED hace unos años (también junto a Nuria Mora, Sixe, Ovni y algunx más), sobre unos paneles de cristal... o puede que fuese metacrilato. También haberme comprado un libro suyo en una librería de Barcelona. Podría haberme ahorrado todo lo anterior, y hasta puede que lo hubieseis agradecido, pero qué difícil es encontrar qué decir cuando no hay nada que decir porque ya lo dicen las imágenes. Los nuevos rojos de Nuria Mora, un año después, y el featuring de Boris Hoppek como diciendo "¿ésta dónde te la pongo?". Y unas risas, efectivamente.


...y por si fuese poco hay que ponerle un título a todo...

21 de febrero de 2013

Un rato en la calle || Neko | Olvídalo

Estamos todos, unos y otros, tan acostumbrados a reducir nuestro desplazarnos por la ciudad a un mecánico y rutinario ir de un sitio a otro, de A a B, que pararte quince minutos en cualquier plaza te convierte enseguida en sospechoso. Más aún si no coges un autobús, o si queda claro que no esperas a alguien (sino algo, aunque eso no lo saben), o si no eres parte de, digamos, la parroquia. Sentirse sospechoso a tresciendos metros de casa, en tu propio espacio, ese que llaman público. Y no hablemos ya de sacar la cámara: "¿por qué nos sacas fotos?"."No te hago fotos a ti, lo que fotografío ni siquiera se mueve". Y entre tanta incomodidad, la marquesina se enciende, hago las fotos de rigor y me marcho, con el objetivo cumplido pero incómodo, decepcionado, y puede que algo triste. Agh.



Me queda un cuarto de hora antes de una cita y llueve. Mucho. Pero no me quiero ir sin hacer las fotos. Intento cubrir la cámara como puedo mientras disparo, pero acaba mojándose un poco. Termino y respiro tranquilo. Un cuarto de hora después, un alemán me presta un paño profesional para secarla. Diseñado por Porsche, me dice. 



La mañana del lunes, antes de ir a trabajar, vuelvo al mismo punto. No llueve. Hago las fotos de día, tal vez sólo por pura documentación, e intento encontrar ángulos nuevos que me satisfagan. Encuentro uno poniendo la cámara en el suelo, disparo y alguien se para y me increpa. "¡Has sacado mi bota, bórrala! ... ¡Que la borres!". Su tono y su cara rebosan agresividad. Su colega, más tranquilo, me aconseja que la borre. Temiendo por la cámara, la borro. La gente se ha vuelto loca, definitivamente. Se me quitan las ganas de seguir probando: cuadro verticales y horizontales con la marquesina a un lado, clic, y me marcho a trabajar de mal humor.


Esta entrada es para Dug, Alberto y Rafa. Por ayudarme, en uno u otro momento, a vencer mi pereza (llamemos a las cosas por su nombre) a disparar en RAW. Gracias.

17 de febrero de 2013

E1000 | Dejando huella

Figuras recortadas sobre el gris, más claro y más os curo, como rescatadas de la más profundo de la pared. Que sean o no huellas dactilares al final acaba siendo lo de menos. Otras dos en el Flickr de E1000.


14 de febrero de 2013

Los portones de La Almarcha

A menudo, el viaje hasta el mar, realizado tres o cuatro veces al año, con sus idas y sus vueltas, puede acabar siendo algo repetitivo al otro lado de la ventana: las mismas piezas de Rexs, esos trailers en los campos de Almansa, graffiti (o no) en rincones de estaciones de servicio, los Rosh, Dems, Spok y demás en los márgenes de la A7... por poner algunos ejemplos. Hasta que de repente te tomas con más calma  uno de los trayectos y decides parar en La Almarcha como podrías haber parado en cualquier otro punto del trayecto. Paseo para estirar las piernas antes de comer y zas, de repente una parada fortuita se convierte en todo un descubrimiento. La Almarcha rocks.





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La Almarcha bajo otra mirada, aquí.

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